Nota Suicida

Llevo varias semanas pensando en el suicidio, pienso en la manera menos dolorosa para mí y mi familia, en escoger la ropa que usaré para ser expuesta en público sin poder defenderme de las críticas que me harán en la cara… pálida y fúnebre. Morir se ha convertido en un asunto complicado. Generalmente, llego del trabajo agotada y dejo de lado todos los detalles que deben ser organizados para un suicidio sobrio y minimalista, si al menos supiera que muerta me atraerá el show dejaría llevarme por las extravagancias de los típicos suicidios, pero sólo cuento con el lado vivo de mi conciencia para organizar mi muerte. Han sido muchas las distracciones laborales y familiares cuando me dispongo a redactar los detalles que aún no he tomado en cuenta, hacer notas suicidas es una de esas distracciones, no es que no quiera morir, al contrario, suicidarme es lo único que me motiva a levantarme en las mañanas, ducharme, hidratar mi piel, desayunar, ser eficiente en el trabajo, compartir con mi familia; organizar mi muerte ha sido lo único que he hecho con convicción y determinación y ha resultado inspirador, me entristece tener que dejarlo, siento que es lo único para lo que he sido realmente buena en la vida. Cercanos a la muerte recordamos los momentos especiales, como si extrañándolos pudiéramos eternizarnos o sobrevivir. No logro extraer nada de mi pasado infantil o amoroso, sin embargo mi memoria logra recuperar un momento: el día en que perdí mi virginidad, creo que lo recordé por descomunal y no por especial: un elefante, un circo, un enano, una apuesta. En fin, Espero que el duelo no le impida a mi familia ver y reconocer todo lo que por primera vez hice sin su ayuda, con pasión y disciplina.