Muchas voces, muchas veces
"La que no supo morirse de amor y por eso nada aprendió..."
Alejandra Pizarnik
Confío en la muerte, en su
fidelidad incondicional, inmune a cualquier intento por superarla siempre está
ahí para lo nuevo, para lo diferente, para lo otro.
De la muerte no soportamos esa
capacidad benévola de la espera. La condición humana no tolera los extremos de
la bondad, es devota del angustiante anhelo de inmortalidad.
Entre lo que desea y lo que le
corresponde: el ser humano necesita de la confusión para sobrevivir. Ocuparse en la búsqueda de respuestas, de sentidos, de una posible grandeza
que lo inmortalice.
De la muerte nos espanta lo
desconocido, no el dolor. Al dolor y al sufrimiento voluntariamente nos
incorporamos buscando explicaciones, buscando consuelo, dioses y perdón.
El miedo a la muerte logra
desprender de la transparencia humana el egoísmo que evoluciona y se purifica en el silencio.
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