Cosas de hacienda


En esa pérdida de máscaras que constituye el debilitamiento de un poder se va fundamentando la posibilidad del desorden, de la desidia, de la desmemoria incluso de la perversión.

En una hacienda confluyen dos fuerzas superiores cuando el capataz ha logrado evadir las formas de control que sobre él ejerce su amo. Un amo que no es líder porque ha decidido recuperar su figura de autoridad, incluso para sí mismo, a través de la "imprescindible" presencia de ese capataz.

Recuperar su libido dominandi es recuperar su principio de realidad. El amo infiere que para lograrlo debe opacar el poder paralelo de su capataz a través de la emulación. Así pues, Utilizar las mismas herramientas y los mismos modos de su capataz son mecanismos que el amo considera ingeniosos para ocultar  sus discapacidades y mantener el simbolismo de su figura.

Se acentúan las formas de grandeza del capataz a través del ejercicio de imitación. Violar, robar, maltratar dejan de considerarse abusos de poder cuando son adoptadas por el amo.

La apariencia de un poder recuperado, no es más que la consolidación del poder alterno. Un amo que se disfraza con liderazgo ajeno, reconoce sus carencias en la organización, distribución y ejecución del poder, quien además ha fortalecido la posibilidad de que el extraño (capataz) le arrebate su hacienda. Ha logrado que las relaciones de poder lo desfavorezcan. Un amo manipulado solo es un dueño. 

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